domingo, 12 de junio de 2011

Cuándo no se habla


Lanzas palabras al viento,
que con inquina me llegan
y dices que tu lamento,
ni me llegó ni me apena.

Me dolió y bien lo sabes,
fueron mis letras de apoyo
las primeras en llegarte,
no debieron tener fuerza.

No leíste o, lo olvidaste,
a mí me clavó una espina,
el soneto que dejaste
el estrambote, directo

me llegó, cual llega un sable
tan punzante fue su punta,
la herida, no creo que sane
mas siempre serás mi amigo

Tú bien me lo demostraste,
y yo, creí que lo hacía,
mello me el dolor el hambre
no te demostré amistad

y eso bien mal, que me sabe,
si te consuela, te digo
viví en mi carne el percance
y ahora yo me pregunto;

Si Dios pudo castigarme,
tu sabes que soy creyente,
Él sabe que mi indolencia,
nunca fue por alejarme.

3 comentarios:

  1. Nana a veces, nos preguntamos ¿ por que a mí ? y todo tiene una razón de ser, aunque esa razón sea injusta y se ensañe con los más débiles.
    Saludos

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  2. Gracias Encarna, por leer mis letras, que no siempre tienen relación con mi vida, me gusta ponerme en la piel de los demás a la hora de escribir
    Un abrazo

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  3. Enhorabuena Anna, realmente es bonito, bonito, bonito. No tiene más comentario, ni más sentido que el mismo que encierra.
    un saludo

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