sábado, 6 de agosto de 2016

Naneando

En el mes de mayo, empecé a soñar con el calorcito del verano, sobre todo el del mes de julio, bendito mes, que allá por el veinticinco, mi querida cuenta de ahorros, engorda considerablemente, como yo más o menos, solo que ella lo hace un par de veces al año y yo, acostumbro ha hacerlo los trescientos sesenta y cinco días, no creáis todo lo que digo, el engorde viene siendo más o menos como siempre, no se nota la diferencia, será porque no aumenta o...porque yo no se descifrarlo, me refiero a la cuenta, respecto a mí, se nota por segundos.
Volviendo a mis cuentos de la lechera, pues en los tiempos que estamos, hacer cuentas con la paga extra, antes de que llegue, son eso, cuento de la lechera.
No entiendo, un mes antes, mi lista de cosas que hacer con ese dinerito, era completita, llegaba perfecta mente, pero... empecé, lo primero, contante y sonante, para el registro de la propiedad, no no, no tengo propiedades, más quisiera yo, la propiedad intelectual,sí, ahí donde almacenas tus sueños, tus sentimientos y todos aquellos disparates que salen de tu pluma, no es que tenga miedo que nadie los copie, ¿quien va a querer pensar como yo? pero... quien dice que un día, cuando mis kilos de más y los de menos, se hayan extinguido y formado parte de esa tierra, que ahora me da tantos dolores de cabeza, no llega un iluminado y dice...!magnifico, fantástico, una obra de arte¡ esto también es un sueño y va, y lo publica y mis descendientes, se forran y se compran la casita en la sierra, esa que me hace soñar todas las semanas, cuando hago el euromillón y me decepciona, cuando salen los resultados, ni uno acierto, pero yo erre que erre, sigo, masoquista que soy, la esperanza es lo único que me queda, así que como soñar es gratis, sueño en todo aquello, que podrían conseguir mis descendientes, gracias al registro en la propiedad intelectual, !jo! como suena.
pues sigamos sumando, la antología, que si me descuido, pido libros para medio pueblo, todo sea por ver reflejadas mis letras, esas que según mis sueños, un día me harán famosa, no pido yo nada, !por dios¡
El pago del sello municipal, de mi "mercedes", esto es poco, son varias latas de sardinas, con ruedas, pero, tengo derecho a ponerle el nombre que quiera, ¿no os parece?, el seguro, la letra del jamón que compré en Navidad y antes de que se esfumase mi exigua paga, decidí sacar billete de tren, para hacerme una escapadita a mis antiguos dominios, tuve suerte, pues saqué ida y vuelta, de no haberlo hecho, por ahora estaría sentadita en los escalones del metro, cosa que no seria mala del todo, ya que aparte de recoger unas monedas, perdería , las grasas que me dejó el jamón, ese que todavía me queda una letra por pagar.
Los años, me ayudan a pensar y mujer previsora, vale por dos, en mi caso la multiplicación aumenta.
Los días de mis vacaciones, fueron fantásticos,realmente una pasada, pasada la que yo le dí a la cuenta, que la pobre quedó más roja que un ruso en tiempos de Lenin,
Por los pelos, volví a mis dominios, pero aquí estoy, junto a mi higuera, vigilandola de día y de noche, para que los cuatro frutos que me da, no se los coman los pájaros, jodidas aves, que no dejan títere con cabeza, no les basta el pienso que roban a mis gallinas, menos mal que estas sufridas aves, a pesar de la ganduleria que les da el calor, algún que otro huevito, depositan en el rincón, lo malo es mi fiera, luna, que tengo que vigilarla, pues a ella como a los voladores, le da por comerse las plantas de pimientos en cuanto estos, asoman la cabeza, no puedo quejarme, los tomates, calabacines y berenjenas, que me regalan entre mi prima y mi vecina, llenan mi nevera, y que hermoso paisaje, se presenta a mis ojos, cuando abro la puerta, rojo verde y lila, ah y algún que otro extraviado pepino.
Nada que quería hacer las cuentas, de en que me he gastado la paga y al final os relato, la historia de mi vida,
olvidaba deciros, que mientras yo pasaba cada dos por tres por el cajero automático ese, mi sufrido abnegado compañero, cuidaba de mi fiera, mis plantas y mi higuera, mientras acumulaba fuerzas, para cuando mi tonelaje estuviese de nuevo a su lado, se tiene ganada la gloria, la criatura, pero... es lo que hay,
se casó con una jovencita, de poco peso, corporal se entiende, esperando tener la paz en su vejez y...ya ves, la gata capona, en lugar de tener enfermera, que lo saque al sol, le tocó bregar, con la florecita, que creía seria siempre un capullo y...no, de eso nada, se le ha convertido en cardo borriquero,¿quedará algún capullo?.
Todo esto, venia a que todos los días, cuando salgo de mi pueblo, pienso en pasarme por el banco, para depositar el dinero, y que mi querido poeta Antonio, me mande su libro, firmadito y todo, pero...seguiré esperando, o...tendré que tocar a los fondos reservados, que no solo el capullo de Rajoy tiene derecho a tocar, con la particularidad de que yo toco los míos y él, los míos , los tuyos y los del vecino.