lunes, 11 de abril de 2011

La Espina




Tengo en el alma una espina,
que la llevo de testigo,
para que siempre recuerde,
el color de mis olivos.

Llevo gravada en mi mente,
el color de tus pizarras,
el olor a hierbabuena
y la esbeltez de tus jaras.

Por mis venas corre el agua,
que se estanca en tu pantano
y la brisa de tu sierra,
que me acaricia temprano.

Sobre la arena de un mar,
a kilómetros lejano...
sueño en el verde olivar
y en el hermoso altozano.

De noche con luna llena,
oigo cantar la cigarra
y dejo volar el alma,
hasta tu hermosa atalaya.

y, en esos patios de tierra,
que rodean torreones,
se alza a mi vista recuerdos
y, ya sueño sin rencores.

Saco la espina del alma,
para dejarla en la arena,
que el agua la ha de llevar,
hasta una playa serena.

Delante está mí olivar,
mis altozanos, mis sierras,
ya no tengo que soñar,
para disfrutar mi tierra.

2 comentarios:

  1. Precioso, siempre se añora lo que no se tiene, más cuando lo tienes, resulta que añoras lo que ya quedó atrás.
    Saludos

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  2. Así es la vida, cuándo tus raices son de un lugar y pasas tu vida en otro, las añoras, crees que al volver vas a encontrarte en tu lugar, pero...no es así, siempre serás un extraño y esta vez en los dos sitios.
    Gracias por pasarte

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