jueves, 14 de abril de 2011

Dolorosa



Dulces sones de campana
llaman al recogimiento,
las luces acompañando,
al tenue olor del incienso.

Al fondo, en trono solemne,
cuatro focos parpadean,
ante esa Imagen Divina,
ante esa Madre serena.

En su rostro reflejados,
con su pena los dolores.
Al pie de la cruz nos muestra…
de su alma sus amores.

Madre de mi Dios hermosa,
dulce Virgen Soberana,
que por tu pecho pasaron,
como rayos mil espadas.

Cuándo tu Hijo en la cruz,
con pies y manos clavadas,
con la corona de espinas
y en su costado la daga,

por hijos tuyos nos daba.
Madre…ahí tienes a tu hijo
y a San Juan te señalaba
y a Él…ahí tienes a tu madre

Madre de todas las almas,
de aquellas que ante la cruz,
Hijo de Dios me proclaman.

¡OH¡ mi Madre Dolorosa,
Virgen mía soberana,
tu rostro como una rosa,
aquí en mi pecho se inflama.

Reviviendo año tras año,
no solo en semana santa
el dolor de tus dolores,
la pena que te llevara,

ante aquel monte calvario,
donde la cruz nos mostraba,
al Hijo de Dios, tu Hijo
Reina y Madre a ti te claman

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