sábado, 23 de abril de 2011


La amargura se lleva en el alma,
si no puedes sacar sus raices
y te ahonda tan fuerte que alcanza,
a romper de la vida matices.

Yo bebí de la fuente del odio
y comí del trigo de la ira,
en mis venas la sangre corria
como barco, que va a la deriva.

Siempre quise sentir en mis carnes,
el amor y la paz de esta vida,
pero al mundo venimos los hombres,
a luchar contra guerra y mentira.

He sembrado mis campos de flores,
malas hierbas las hicieron trizas,
levanté con mi mano mil sueños,
que mataron vilmente la envidia.

He llegado al final de mis dias,
con el alma deshecha y...las manos vacías.
Ya no quiero pensar en pasado,
quiero darle otra oferta a mi vida,
del rastrojo que se hizo cenizas,
alzo el vuelo, cuál fenix de vida.

2 comentarios:

  1. Me gusta. Caer y volver a empezar, días difíciles qué cuesta remontar, siempre deseamos ser bravos aun siendo débil. Un abrazo

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  2. Gracias Ana, por pasar por mis letras.
    Un abrazo

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