ni te revuelvo la entraña,
no me merece escribir,
ni verdades ni patrañas.
Si lo que digo no llega
hasta el fondo de tu alma,
si no reflejan mis letras,
el dolor y la esperanza,
si en mis versos no reflejo,
la sangre que se derrama,
injustamente en el mundo,
¡el hambre, el odio, las guerras!,
que van campando a sus anchas,
¡La injusticia, la miseria
y la riqueza mal ganada!
mi pluma se ha vuelto débil,
mi corazón se aletarga,
ya es hora que se despierte
y vuelva a empuñar su espada,
para marcar esas letras,
que le han de salir del alma.
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