jueves, 21 de julio de 2016

Los momentos de Sara. (La Conversación)



Sara no daba crédito a lo que leía, cerró la pantalla, se levantó, dio una vuelta al rededor de la mesa y volvió de nuevo a su incomodo asiento, cerró los ojos, se llevó las manos a la cara, atusó tranquila mente su cabello y pensó, durante unos segundos su cabeza era un caos, las lineas escritas en aquella página, se agolpaban como caballos salvajes en su mente, por momentos pensó...¿soy yo?, no se expresarme o no me hago entender, para el caso sería lo mismo, volvió a releer la conversación escrita, estaba claro, no la leía, no importaba lo que ella dijera, de nada le servía dejar clara la pregunta, su interlocutor, se iba por los cerros de Ubeda, para él, era ella que no entendía, en todo momento intentaba mostrarla como un ser inseguro, llena de miedos, no confiaba en las personas y eso la hacía débil, intentaba que ella se confesase tal y como él la veía, eso a Sara la rebelaba, sabía perfectamente como era y nada de lo que le decía entraba en su cabeza, no era ese el problema, ni mucho menos el tema de conversación, pero su interlocutor, era hábil, muy hábil, e intentaba manejarla, ella lo sabia, y sin más argumentos que su verdad, recalcaba una y otra vez el contenido de su mensaje.
La noche fue muy larga, consiguió dormirse muy entrada la madrugada, no fue un sueño reparador, podría considerarlo como un duerme vela, aunque sí despojada de toda su voluntad, los sueños premonitorios, eran los que le venían siempre en ese estado, despertó cansada, agobiada quizá por el calor de aquellas noches de agosto, o...quizá por el tremendo dolor que le causaba, saber, que a quien consideraba amigos, le fallaban por todo y en todo, por eso todavía dormida, bajó lentamente las escaleras, ni siquiera los ladridos de su perro saludando su presencia, la volvieron a la realidad.
Era el momento de pensar en su vida, en su entorno, estaba segura que no sabia escoger sus amistades.
¿sería así? o...era ella la que entendía todo mal y los que la arropaban, según ellos la admiraban, ¿solo pretendían enseñarle a caminar como un ser humano? el solo hecho de oír la palabra en su mente, le indignaba, se revelaba contra sus propios pensamientos, no quería pensar lo que le venia a la mente, pero era así, y lo cierto es que nunca creyó en las clases sociales, para ella todos eran igual, con más o menos cultura y con mayor o menor posición social, pero nunca pensó que nadie, aprovechase su amistad, para ser protagonista de su propio entorno, ahora sí, ahora estaba segura que si existían esas personas, te halagan, están a tu lado pero...¿cuando están a tu lado? nunca cuando realmente necesitas que estén, siempre cuando existe algo, que pueda hacerlos protagonistas.
Volvió a la conversación, leyó detenidamente, palabra por palabra, no, definitivamente su interlocutor, no buscaba protagonismo a su costa, solo pretendía ser el dueño de la situación, el protector, el sabio y si le apretábamos un poco, el adivino de sus pensamientos, el brujo que conocía su carácter y su vida, sin ni siquiera conocer su fecha de nacimiento.

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