martes, 20 de diciembre de 2011



Mi niño ha nacido,
le canto una nana,
mientras que se duerme
veo por mi ventana,
cantar los jilgueros,
que pueblan la rama,
del árbol que un día
mi abuela plantara.
Al pié de su tronco,
la sueño sentada,
meciendo mi cuna,
al son de otra nana.
mi abuela era negra
y yo nací blanca,
decian los sones
de aquella sonata,
duermete mi niña
la de la piel blanca,
que tu tienes pan
y leche y alpaca,
donde reposar,
si te hayas cansada.
no como esos niños,
que viven en Africa,
sus cuerpos raidos
de hambre y escarcha,
sus bocas sedientas,
sus piernas arcadas,
del peso de un cuerpo
o...el peso del alma,
de todos aquellos
que giran la espalda,
sin ver la injusticia,
que al mundo separa,
por eso mi niño,
hoy te canto una nana,
del color del aire,
con ruido de alpaca,
y el mugir eterno
de mil y una vaca
para que alimenten,
los cuerpos de África.

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