sábado, 5 de marzo de 2011

Mal Día



Como ando un poco lela
y un pelillo alicaída,
al volver de hacer papeles,
me lié con la comida.

Me levanté muy temprano,
me puse bella y hermosa,
con el cutis tan lozano,
que parecía una rosa.

Y allá va nana, a la calle
en busca del funcionario,
que el gilipollas no supo
arreglarle lo ordinario.

¡Ay¡ perdón por la expresión,
no se dice gilipollas,
pero, juro que la tipa,
por cabeza tiene olla.

Después del largo calvario,
de andar calentando sillas,
nos responden los de arriba,
que no llega, que no pillas.

Vuelta atrás con papeleo,
suma y sigue, a mi me cuadra,
¿entonces, porque me dices,
que no llega ni a las malas?

Hay que hacer reclamación,
me dice la muy pazguata,
y eso cuando ya pasó,
más de un mes de perorata.

Pues lo que os iba diciendo,
me presento en el seguro,
que llevamos ya seis meses
que no hemos visto ni un duro.

La muchacha, muy amable,
nos recoge los papeles,
les echa un ojo y contesta...
se pasó el plazo, ¿que quieres?

Y...ahí es donde me irrito,
sube mi bilirrubina,
y no me cargo a la moza,
porque el otro me domina.

Al verme tan alterada,
con la cara descompuesta,
pone manos a la obra y
empieza a hacerme la encuesta.

Total, que lo más seguro
es que no sirva de nada,
pero...¿quien me para ahora,
que ya me puse embalada?

Se quedaron los papeles,
en el sitio pertinente,
y espero que en breve tiempo
uno u otro me conteste.

Después de tanto trajín,
llegué a mi casa desmallada,
y me metí en la cocina,
a prepararme ensalada.

Me lo he pensado un buen rato,
y con tanta alteración,
¿quien se come ahora lo verde?
seguro que no soy yo.

Remiro por la nevera,
un pimiento y un tomate,
dos gambas que mutiladas
quedaron en un combate.

Tres mejillones encuentro
dos almejas altaneras,
con un puñado de arroz,
seguro sale paella.

Pongo manos a la obra,
y preparo mi sofrito,
mientras me siento tranquila
a preparar este escrito.

Y pienso muy vacilona...
que despiste mi vecina,
seguro que está cascando y
se quemó su comida.

Más de pronto...oigo un berrido
mi respiración se para,
y me acerco a mi cocina,
la pobre quedó enlutada.

Con la rabia que traía,
con más hambre que una rana,
contemplo triste y sombría
mi paella, estaba predestinada.

A morir como el carbón,
y en el cubo sepultada,
y para llenar mi estomago
acabé con la ensalada.

3 comentarios:

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  2. jajajajaja, buenísimo, perdona que me ria es por no llorar, despues de toda esa mala mañana...que me imagino en tu lugar, seguro que yo... deguello a la tipeja, y para "mala suerte" la comida para la basura... ¿no lo harías con intención que de que te invitaran a comer fuera?
    un saludo

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  3. Para eso la escribí, para reir, aunque en aquel momento mis ganas no eran precisamente de risa, la tipa se libró, porque me sujetaron jajaja
    gracias Alma, por leer mis escritos

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