miércoles, 8 de septiembre de 2010

El Dolor de una Tierra






Desde mi atalaya, que está frente al mar,


diviso en sus aguas, tu verde olivar,


entre sus espumas se yerguen con fuerza,


picos de pizarra de mi amada sierra,


me quedo mirando, mientras, mi alma vuela


posando sus pies, en tu blanca arena.




Tus olas con fuerza, rompen en mi esencia


y siento en mi vida tu verde presencia.


Caminos de barro y verde olivar,


jilgueros que cantan, en mi soledad.


El acido fruto, prendido en las ramas,


troncos retorcidos y vasta retama,


cubriendo mi tierra, de amor y de ganas,


de sentir vivirla, de poder pisarla.


Repliego mis alas, retorno a mi cuerpo,


desde mi atalaya…sueño en tus recuerdos.

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