Se han perdido en mi mente,
las calles empinadas,
el aroma del trigo,
que dormía en la era,
esperando al mañana
para brillar al sol,
y el ruido del rastrillo
mientras la parva vuela,
en las tardes de agosto,
cuándo aprieta el calor.
Y aquella tu mirada,
en tu silla de ruedas,
mirando sigilosa
al fondo del salón.
Guardas en tu mirada,
las fotos los recuerdos
y...todo tu rencor.
La ventana entreabierta,
los visillos corridos
y en la calle los niños,
que juegan al balón.
De nada te han servido,
tus luchas y tus miedos,
ahora todo eso...
se ha de quedar atrás.
Repliegas compungida,
tus alas con tus manos,
y ves en el espejo,
tu rostro sin color.
II
Las maquinas han hecho,
polvo de todo aquello,
la piqueta ha caído
sobre tu corazón,
de tu vida el recuerdo,
tan solo en la mirada,
de aquellos que quedaron,
al pié de tu rosal,
aquel que con orgullo
clavases en la tierra,
sin fuerzas y cansada,
para poder soñar.
Y yaces en el suelo,
que nadie te ha ofrecido,
germinando en su seno,
un nuevo amanecer,
esperando que un día
se repitan de nuevo,
las imágenes bellas,
de aquel atardecer
Cuando te leo , es como si leyera mi propio pensamiento, son preciosas TODAS no sabría con cual quedarme.
ResponderEliminarUn abrazo
¡Bravooo! Me has hecho llorar. Profundo y precioso.
ResponderEliminar¡¡Bravooo!! Profundo y precioso poema.
ResponderEliminarENHORABUENA Anna Maria, transmites tanto que nos facilitas a tus lectores vivir el momento y el tiempo, se puede pedir mas ??.
ResponderEliminarUn abrazo paisanilla , fuera de mi tierra pero dentro de ella a traves de tus poemas.
Encarna, Sara, Nercedes...gracias por leer mis humildes letras, sólo intento reflejar sentimientos no sólo mios también de todo lo que me rodea.
ResponderEliminarUn abrazo