No quiero pecar de orgullo,
ni de humildad sublimada,
pues cuándo escribo mis letras
en ellas pongo mi alma,
Digo que no soy poeta
y no es ocultar el karma,
Puede ser que sí lo sea,
cuando desnudo mi alma.
Cuando me pongo en la piel
del que sufre y del que calla,
cuando en mis carnes se clavan
una y mil veces las dagas
esas que en el mundo están,
atormentando a las castas,
de mujeres y de niños
y de viejos que se callan
cuándo ven de la injusticia
de las guerras programadas,
del poderio que existe
cuando el hambre los reclama.
Puede que si sea poeta
si con esto, doy la talla,
mas yo no gozo en halagos
ni lleno de ellos el alma
Solo quiero que me escuchen,
que se lean mis palabras,
que se solucione el hambre
pan, para todas las casas
Ni cayucos ni pateras,
ni disparos ni metralla,
ni distinción de colores
los que tengas en la cara.
Blancos negros amarillos,
no son el color del alma,
por dentro somos lo mismo,
no hay diferencia que valga
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