La casa está vacía, aún
huele a incienso,
las rosas se marchitan solas
en el jardín,
ya no mana tu fuente, aquel
agua de vida
y las jaulas vacías, se
quedaron sin ti,
los pájaros volaron, en
busca de otros cielos,
He abierto las ventanas,
corrido las cortinas,
para que entre el aire, en
este amanecer,
y respiro el aroma, de las
cosas perdidas,
y huelo la fragancia, que tú
llevaste ayer,
vuelvo sobre mis pasos,
cansados ya de vida,
recordando los tuyos, en el
atardecer
y te veo erguida, sobre tu
esbelto cuerpo,
y siento tu mirada, pasar
por el salón,
con tus ojos de gata,
iluminas la estancia,
queriendo comprobar, que
todo se quedó
en los viejos estantes, de
aquel aparador,
que siendo yo muy niña, amé
con ilusión
y suenan tus palabras en el
espacio tiempo,
y oigo que me dices, es
tuyo, tómalo.
Un golpe en los cristales,
me ha traído de nuevo,
al portal con macetas, y al
almendro sin flor.
desde que te marchaste, todo
quedó seco,
solo tu llama brilla, aquí
en mi corazón
© Nana Smith
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